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En este sector, hace rato que el mundo está yendo a una velocidad mucho mayor que la de la Argentina.

En la industria del conocimiento, considerada uno de los tractores que puede ayudar a salir de la crisis, hace rato que el mundo está yendo a una velocidad mucho mayor a la de Argentina. No sólo por el número de patentes y el desarrollo de empresas, donde nos quedamos con los laureles de los cuatro unicornios que pronto serán cinco, cuando Auth0 se sume al club. Brasil y Colombia nos duplican en número de empresas que valen más de US$ 1.000 millones. Y hay muchas compañías creadas en el país que decidieron crecer más en otros sitios. Luis Galeazzi, presidente de Argencon, que nuclea a esas empresas, enfatiza que es un proceso que se aceleró en los últimos tiempos, antes de la aparición de la pandemia. Y lo atribuye a la falta de reglas, a las retenciones a las exportaciones que les aplicó el gobierno de Macri y a las restricciones cambiarias. En cuanto al marco en el que operan, vencido el régimen que apalancó este sector como sucedió con la ley del Software, se lo reemplazó por la ley de economía del conocimiento, aprobada por todos los sectores políticos, reglamentada, luego cambiada y finalmente suspendida. En eso apareció la pandemia y las empresas se quedaron sin las ventajas impositivas que suponen una fuerte reducción en las cargas patronales a lo que se añade la rebaja en ganancias. De acuerdo con Galeazzi, se trata de un sector que está respondiendo en fabricación de mascarillas y otros insumos críticos además de millonarias donaciones ante el drama del Covid. Aunque lo más trascendente es que están generando empleo como en el caso de E&Y, Accenture y Wunderman. Para Galeazzi, con el Covid ha surgido otra oportunidad en una Argentina que en este rubro está acostumbrada al teletrabajo a diferencia de sus competidoras India y Filipinas, con enormes dificultades para organizarse y dar respuesta a la demanda en medio de la pandemia.

Apoyado en una reglamentación específica del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, Braulio Inmuebles encontró la vuelta para concretar una operación en medio de la cuarentena. La firma de un boleto de compra-venta que se concretó el lunes pasado por zoom, se transformó así en un caso testigo a nivel país y es la luz al final del túnel en un sector muy golpeado. Esta vez fue por una propiedad en las esquinas de Gorostiaga y Avenida Del Libertador, cuyo boleto se firmó bajo la modalidad de “certificación remota”. Esa norma habilita “las constataciones notariales, que si bien no son certificaciones de firmas, constituyen una prueba calificada y ante escribano público, de la firma de contratos entre particulares, incluso un contrato de locación, en épocas de pandemia”, señala Braulio Bauab al contar que la reserva de la propiedad se había concretado antes de la cuarentena y “pudimos negociar tanto con el propietario y como con la compradora para que acuerden las condiciones”. De esta manera, escribano, inmobiliaria, vendedor y comprador participaron de una videoconferencia donde cada parte exhibió ante el escribano su DNI, y le manifestaron expresamente en el caso de la compradora que adquiere el inmueble y la vendedora que acepta venderlo en las condiciones pactadas. Todo queda filmado. Esta experiencia se sumó al pedido de las cámaras que agrupan a los inmobiliarios para que arranque la actividad con un protocolo especial para el reinicio de visitas a propiedades y la utilización de estas nuevas tecnologías para las firmas. En un contexto de cepo cambiario al que se le sumó la disminución de la demanda por el coronavirus, Bauab observa un exceso de oferta y reducciones de precios en dólares que nos están acercando a los valores de otras capitales como Lima y Santiago de Chile. Pero en su visión, los precios de las propiedades no van a caer más de 10%, dado que “el ladrillo como reserva de valor demuestra que es mucho menos volátil que los activos financieros”.

Por varios motivos, el encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (Acde), previsto para el 7 de julio, será disruptivo. Acde designó como presidenta del Encuentro a Silvia Torres Carbonell que se transforma así en la primera mujer en dirigirlo en los 23 años que se lleva a cabo. Esta contadora recibida con medalla de oro en la UCA es una de las impulsoras del ecosistema emprendedor de la Argentina. Es referente de los emprendedores y lleva la batuta en el Centro de Entrepreneurship del IAE Business School y de otras organizaciones de apoyo a pequeñas empresas. También integra el grupo ReseteAr, formado por más de 300 empresarios y especialistas en salud que elaboran alternativas para manejar la crisis. Y es parte de Nuestra Voz, el grupo de empresarios y emprendedores que se creó para generar mensajes en las redes y aportar recomendaciones al gobierno. De allí que el lema del encuentro que será virtual sea: “Emprender: Co-crear para reconstruir”.

Santiago Puiggari, Lulo Calió y Luciano Landajo, publicitarios jóvenes pero de largo recorrido, se lanzaron el año pasado con Together y rápidamente abrieron sede en Nueva York, Ciudad de México, Lima y Buenos Aires. Son sus clientes Coca Cola, Adecoagro, bodegas Norton, Bumeran, Jeep y Fiat, entre otros. Puiggari menciona los desafíos de comunicar en cuarentena mientras está surgiendo a gran velocidad un nuevo modelo de negocio en el que todos pelean, cuándo no, por una porción de la billetera de la gente. Así cuenta que en las compañías se abrieron mesas de ideas para proyectarse a lo que viene y en las que sientan junto al CEO y al responsable de finanzas, a los creativos. “Es el momento de avanzar con disrupciones en un mundo que funcionará de otra manera”, dice imaginando nuevas plataformas para un consumidor más austero pero también más indulgente consigo mismo tras la cuarentena.

Fuente: https://www.clarin.com/economia/industria-conocimiento-limbo_0_LOfx0WE6c.html